La Restauración - Sinagoga Justo Sierra

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La Restauración

La Sinagoga

Cuando los judíos se mudaron a otras colonias, la Sinagoga Nidje Israel fue quedando abandonada y se deterioró. La sinagoga empezó a sufrir los estragos del tiempo, la humedad, el abandono y la soledad.




Después de varias propuestas para su restauración, finalmente llegó el momento en 2008, cuando la Autoridad del Centro Histórico había logrado la reubicación de los vendedores ambulantes de la zona, que hacían imposible el acceso a la calle. La suciedad, los malos olores, los ruidos provocados por la venta de música pirata y toda la inseguridad que esto conlleva se convirtieron en algo del pasado.

Se formó un equipo que puso “manos a la obra” para conseguir donativos, en especie y en moneda, así como ingenieros, arquitectos y un equipo de restauradores que le devolvieron al lugar su brillo y esplendor original.

El 13 de diciembre de 2009 se reinauguró con un evento comunitario sumamente emotivo que hizo llorar a más de uno.




Qué se hizo:

La restauración tuvo como objetivo devolver a este bello lugar su esplendor original. No hubo necesidad de trabajar con la estructura que se encontraba en buen estado.

Básicamente se trabajó la fachada interior, que estaba muy deteriorada, el piso del patio tuvo que cambiarse debido a la cantidad de piezas rotas, así como el piso de la sinagoga, que era un parquet de madera maravilloso pero estaba podrido en su interior.

Los baños, con serios problemas de plomería, se modernizaron, así como la iluminación.

Donde más se aprecia la restauración es en las pinturas murales que cubren todo el techo y los muros de la parte alta, así como en las columnas que imitan el acabado de mármol, pues se encontraban muy deterioradas y llenas de humedad. Así mismo, las maderas de las puertas y la bimá fueron talladas y barnizadas en un tono natural.

La parte frontal del Arca se limpió de microorganismos muertos y polvo que lo habían oscurecido, y se utilizó hoja de oro para devolverle su brillo dorado .

El candil central se encontraba completamente estropeado. Comenta Jorge Abraham, quien se encargó de su restauración:

La restauración del candil de Justo Sierra, parecía cosa sencilla. Visto desde abajo, no se da uno cuenta de las dimensiones y del peso. Cuando me lo entregaron en la fábrica, no podía creer el tamaño. Hubo que desarmarlo completamente (¡son como 500 piezas!) Además habían muchas faltantes o rotas.  Se procedió a inventariar todo y sacar fotos para ensamblarlo nuevamente como venía originalmente. Se sacaron moldes de las piezas iguales a las faltantes para fabricar nuevas y se procedió a enderezar las piezas dobladas.

Se tuvo que despintar, ya que estaba  pintado de color dorado, y entonces nos dimos cuenta que era de latón.


ENTREVISTA A LA RESTAURADORA, LINDA SACAL DE RAYEK

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