Lotería en Idish en Noche de Museos - Sinagoga Justo Sierra

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Lotería en Idish en Noche de Museos

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“Di Yiddishe Lotería” a la memoria de Sarita Pier, Z. L.

Dra. Anette Pier de Medrez

Di Yiddishe Lotería es el producto de un ingenioso sincretismo cultural que incorpora de una manera artística, original y divertida a dos grandes culturas: la Mexicana y la Judía.

Estrictamente hablando, el Yiddish es una lengua más antigua que el inglés. Se originó hace casi mil años en la región del Rhin (Alemania) y se considera una lengua de fusión, que incorpora principalmente, y de mayor a menor medida respectivamente, el idioma alemán, el Hebreo, las lenguas eslavas, las lenguas romances, e incluso algo del Inglés. Los judíos pobladores de Alemania, también conocidos como Ashkenazíes, crearon este idioma, el cual es totalmente independiente del Hebreo. Y si bien es cierto que utiliza para su escritura los mismos caracteres del Hebreo, es un lenguaje por completo diferente, tanto en forma como en su espíritu.

Una de las muchas grandezas de este maravilloso idioma, y quizá la que más marcó mi interés por él, es su amplísimo y prolífico vocabulario que nos habla del interior del ser humano. Los judíos, por sus terribles circunstancias de vida externa, se convirtieron en psicólogos naturales y en seres sensibles, interesados en el comportamiento humano. Esta situación hizo que el Yiddish se convirtiera en un idioma sumamente rico en nombres, sobrenombres y adjetivos calificativos, así como en la delineación de personajes. Es extraordinaria la precisión con la que el Yiddish distingue a un personaje de otro (por ejemplo, un “perdedor sin suerte” puede ser un shmendrik, un shlemazl, un shlemiel, un leyutzlaj, un nebaj y un shnuk; y cada uno de estos términos es diferente). El Yiddish desarrolló todo un lenguaje con base en esa extraordinaria gama de observaciones sutiles sobre el comportamiento humano, ancladas en el sentimiento, aunque salpicada por el humor.

El Yiddish ama el pensamiento rumiántico (reflexivo y repetitivamente iterativo), ya que descansa en el pasado; favorece la paradoja porque entiende que sólo ella puede excusar las injusticias de la vida; y adora la ironía, ya que ésta es la única forma de retener la sanidad mental en un mundo repleto de adversidad. Los judíos Ashkenazíes o de origen europeo, es decir, aquellos que provienen de las regiones donde se originó y se usaba el Yiddish, llegaron a México principalmente en los años veinte y treinta del siglo XX. Venían huyendo del despiadado antisemitismo que se vivía en Europa, y de las terribles condiciones de vida que imperaban en la posguerra. Con ellos trajeron todo un bagaje cultural y un deseo intenso de encontrar una nueva oportunidad. Para muchos, México no sólo fue un país que abrió sus puertas, sino un paraíso terrenal, con mucho más de lo que se imaginaron. Con su clima benigno, su exuberante vegetación y hermoso paisaje, y principalmente una población cálida y acogedora, el judío, adolorido y humillado, logró encontrar un verdadero respiro, y así floreció su amor por esta tierra de oportunidad y bonanza. Los nuevos inmigrantes tenían que aprender un nuevo lenguaje y una nueva cultura, comenzando de esta manera una nueva aventura.

La lotería tradicional se originó en la Italia de la Edad Media y se difundió a España a principios del Renacimiento. Llega por primera vez a la Nueva España (México) a mediados de la Colonia. En un inicio solamente era conocida por miembros de la clase aristocrática colonial, quienes la jugaban en sus tertulias dominicales, pero con el paso del tiempo se convirtió en el juego más popular entre las clases bajas, jugándose ampliamente en ferias y fiestas de todo tipo.

Di Yiddishe Lotería mantiene la fidelidad estructural del juego tradicional de la lotería, incorporando 54 cartas o naipes con los personajes, los diez tableros y el verso peculiar en copla para anunciar al personaje, basado en el riquísimo refranero mexicano. Los personajes han sido minuciosamente seleccionados por el artista y son presentados en sus ambientes cotidianos. Las fotografías, en blanco y negro, fueron intervenidas con procesos artísticos coloridos y formateadas con un diseño uniforme propio del juego de lotería. Por motivos educativos se incluyó el Yiddish en su formato original, así como su fonética y la traducción al Castellano.

 
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